domingo, 17 de octubre de 2021

2027: EL GRAN CATACLISMO

 


"En 2027 un enorme meteorito de 24 kilómetros de longitud impactará contra la Tierra, estrellándose al oeste de las Bermudas y causando la friolera de mil doscientos millones de muertos en apenas cuarenta y ocho horas". Este anuncio apocalíptico no es cosa mía, es obra del célebre y prolijo escritor Juan José Benítez, que en Gog, uno de sus más de sesenta libros escritos, explica con detalle como “el impacto creará un cráter de enorme dimensiones en el fondo del océano, empujando el magma hacia las antípodas, sobre todo Nueva Zelanda, donde existen noventa volcanes que entrarán simultáneamente en erupción provocando una nube de ceniza que cubrirá la Tierra durante nueve años aproximadamente. Años de oscuridad, sin agricultura, sin ganadería, sin comunicaciones, sin orden ni concierto y temperaturas gélidas de -20 grados”. El autor de la saga Caballo de Troya afirma que “la NASA no avisará para evitar el caos que produciría el pánico y porque son conscientes de que los que sobrevivan a tan magno desastre podrían ser los amos del mundo”.

Después de lo que estamos presenciando en el último año y medio, nada es imposible. Una pandemia mundial que ha causado millones de muertos, incendios devastadores, erupciones volcánicas sin precedentes en los últimos tiempos… Hay hasta quien se está ya construyendo un búnker en el jardín de su casa y lo está llenando de rollos de papel higiénico, latas de conserva y cervezas por doquier. 

Los aficionados al misterio y los que no lo son tanto conocen sobradamente la trayectoria de J. J. Benítez. Este escritor, uno de los pioneros en la investigación del fenómeno OVNI, no deja a nadie indiferente. Alabado y vilipendiado a partes iguales, Benítez es contundente en sus afirmaciones. Asegura que, como buen periodista, filtra y comprueba escrupulosamente la información que le llega para luego darla a conocer en sus numerosos libros. Cierto es que no habla por hablar; el autor ha investigado miles de casos sobre el terreno en todo el mundo, recogiendo testimonios de los protagonistas, pero no me desviaré mucho más del tema y trataré a continuación de comprobar (si es que es posible hacerlo) las posibilidades reales de que se pueda producir el anuncio del que trata este texto.

Si alguna organización puede aseverar semejante predicción, esa es la NASA y, por ahora, la principal preocupación de esta índole que tiene la agencia norteamericana es para dentro de ciento catorce años. Me explico: gracias a la misión Osiris-Rex , se conoce, con una precisión de dos metros, cuál será la trayectoria del meteorito Bennu en los próximos siglos y también se sabe que, en el 2135, pasará más cerca de la Tierra que de la mismísima Luna. Será entonces cuando la gran roca espacial podría pasar por un “ojo de cerradura gravitacional”, que es un espacio donde la gravedad de un planeta altera la órbita de un asteroide, y en consecuencia cambiar su trayectoria para dirigirse directo a nuestro planeta. Pero la probabilidad de que pueda ocurrir algo así es prácticamente nula. La NASA ha señalado que desde ahora hasta el 2300 la posibilidad de chocar es de 1 entre 1.750 (0,057%).  

Si la NASA sólo menciona este caso como el más “importante” de entre los posibles impactos futuros, entonces sólo caben dos respuestas en cuanto a la profecía de Benítez:

1. Que la NASA lo oculta.

2. Que es una estratagema más del escritor para seguir vendiendo libros como rosquillas.

Ahí lo dejo. Juzguen ustedes. Lo que sí deseo fervientemente es que cesen de una vez esta serie de cataclismos concatenados que están asolando el planeta en los últimos meses. ¡Salud!