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—Desde el barrio no se ha organizado nada, que yo sepa. —María revisa, uno a uno, todos los folios que contiene una carpeta azul—. El Ayuntamiento sí que puso en marcha un programa de viajes para personas mayores en convenio con el IMSERSO. Los destinos subvencionados son: Andalucía, Baleares, Cataluña, Murcia, Comunidad Valenciana y Canarias. Se trata de viajes culturales y turismo de naturaleza
—Búscame las fechas del de
Andalucía, por favor. —Roger se remueve nervioso en la silla.
—La
duración es de cinco días para turismo de naturaleza —la administrativa de la asociación cultural
continúa leyendo—, seis o siete para viajes culturales y de
ocho a quince para costas e islas.
—Necesito saber la fecha
exacta del viaje a Andalucía.
—Oiga, estoy haciendo lo
que puedo. —La joven parece molesta—.
Si quiere información precisa, le recomiendo que acuda al área de cultura del
Ayuntamiento.
—Discúlpame, pero debes
entender mi preocupación. ¿No pone ninguna fecha?
—A ver… Aquí solo dice que
este programa es para primavera y otoño, pero no especifica los días. Ya le
digo que…
—Está bien —dice Roger
levantándose—. Te agradezco tu tiempo. ¿Podrías darme ese teléfono del
ayuntamiento?
Roger
sale a la calle desesperado. Saca el teléfono y marca el número que le ha
facilitado María.
—Cultura, ¿digui? —contesta una chica al otro lado
de la línea.
—Disculpe, me gustaría
saber cuándo es el viaje cultural por Andalucía que organizan ustedes en
colaboración con el IMSERSO.
—Me parece que ya se hizo.
Un momento que me aseguro y le confirmo.
Roger escucha voces
lejanas. Al cabo de unos veinte interminables segundos, la funcionaria vuelve.
—El viaje a Andalucía se
hizo en mayo, señor. ¿Alguna cosa más?
—No, gracias.
El hijo de Marcel cuelga,
respira hondo y piensa. Ya sabe cuál será su próximo destino.
Roger entra en la Jefatura
Superior de Policía de Cataluña. Ha tenido que dar un pequeño paseo a través de
la Gran Vía de les Corts y Vía Layetana. Como abogado, es conocedor de lo
importante que son las primeras horas en la desaparición de una persona. Cuanto
antes se busque, es más fácil que pueda estar cerca del lugar de la
desaparición y obtener pruebas y testimonios.
—Hola, vengo a denunciar
una desaparición.
—Acompáñeme, por favor.
Uno de los agentes que se
encuentran en la entrada lo lleva por un pasillo y se detiene en la segunda
puerta de la derecha. La golpea suavemente con los nudillos y abre.
—Puede pasar.
Un oficial de unos sesenta
años está trabajando en su mesa. Es delgado y tiene el pelo blanco.
—Siéntese —dice sin
levantar la cabeza.
Transcurren un par de
minutos hasta que el policía se quita las gafas y levanta la mirada.
—Usted dirá.
—Quiero tramitar una
denuncia de desaparición.
—Me enseña su
documentación, por favor.
Roger extrae el DNI de su
cartera y lo deja en la mesa. El agente vuelve a colocarse las gafas.
—Usted vive en Gerona,
señor… Badía.
—Sí. Mi padre es el que
vive aquí. Ha desaparecido. No sabemos nada de él desde anoche. Es fundamental
que se actúe lo antes posible. Soy abogado y sé cómo funciona esto.
El oficial lo mira
fijamente.
—No, caballero. Usted no
sabe cómo funcionan las cosas en este sentido. Si lo supiera, no habría dicho
eso. La Policía sabe perfectamente lo que tiene que hacer. No venga aquí a dar
lecciones porque saldrá trasquilado. Dígame, se trata de una desaparición
voluntaria, involuntaria o forzosa.
—Creo que esa pregunta no…
—Mire, si no me va a dejar
trabajar, será mejor que salga de aquí.
—Disculpe, yo…
—Sepa usted, señor… —vuelve
a mirar el carnet— Badía, que el Ministerio del Interior ya estableció en 2019
una nueva clasificación de las personas desaparecidas ateniéndose a los
supuestos que le acabo de formular.
—Ha sido una desaparición
voluntaria.
—Bien, vamos avanzando.
Cuénteme todo lo que sepa.
Roger procede a relatar,
paso a paso, todo lo ocurrido desde la llamada que le hizo la cuidadora de su
madre a primera hora de la mañana.
—¿Puedo ver esa carta?
—Es personal —responde
Roger contrariado.
El policía vuelve a
sostenerle fijamente la mirada.
—Cualquier dato, por
pequeño que sea o tenga la connotación que tenga, puede ser muy importante para
resolver el caso. Usted verá.
Roger saca la hoja doblada
del bolsillo derecho de su chaqueta y se la entrega. El oficial la escanea y la
guarda en su ordenador junto al testimonio de la denuncia.
—¿Tiene usted ahí una
fotografía actual de su padre?
Roger asiente y busca en
su teléfono. Después se la enseña.
—Envíemela a este email. Y
luego hágame una descripción física total.
Roger accede a la
petición. El agente toma nota de todo durante unos minutos.
—¿Lo encontrarán?
El policía se levanta y
mueve el cuello a izquierda y derecha.
—Señor Badía, eso no se lo
puedo asegurar, pero quiero que sepa que se han resuelto satisfactoriamente el
93% de las denuncias por desapariciones que se han presentado en España en los
últimos diez años. Más de la mitad se resuelven en los tres primeros días.
Lógicamente, a medida que va transcurriendo el tiempo, las posibilidades bajan
mucho.
—Por eso le pedía antes
actuar con prontitud.
—Todo lleva su proceso.
Entiendo cómo se siente. Pero hay que pensar. —El oficial se apoya en el
extremo de la mesa—. Su padre tenía todo muy bien calculado. Nos encontramos ante
un adulto libre y en su sano juicio que ha tomado la decisión de marcharse. Todo
indica que ya no se encuentra en la ciudad.
—¿Qué piensa hacer?
—Lo primero, encontrarle.
—¿Y cómo?
—Hay que investigar en el aeropuerto
y en las estaciones de bus y ferrocarril. No se preocupe, pronto conoceremos cuál
ha sido su destino.
Continuará.
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