lunes, 23 de marzo de 2020

NOVELA POR ENTREGAS. CAPÍTULO 5 (PRIMERA PARTE)

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5




Desde el barrio no se ha organizado nada, que yo sepa. María revisa, uno a uno, todos los folios que contiene una carpeta azul. El Ayuntamiento sí que puso en marcha un programa de viajes para personas mayores en convenio con el IMSERSO. Los destinos subvencionados son: Andalucía, Baleares, Cataluña, Murcia, Comunidad Valenciana y Canarias. Se trata de viajes culturales y turismo de naturaleza
—Búscame las fechas del de Andalucía, por favor. —Roger se remueve nervioso en la silla.                                                            
La duración es de cinco días para turismo de naturaleza  —la administrativa de la asociación cultural continúa leyendo—, seis o siete para viajes culturales y de ocho a quince para costas e islas.
—Necesito saber la fecha exacta del viaje a Andalucía.
—Oiga, estoy haciendo lo que puedo.  —La joven parece molesta—. Si quiere información precisa, le recomiendo que acuda al área de cultura del Ayuntamiento.
—Discúlpame, pero debes entender mi preocupación. ¿No pone ninguna fecha?
—A ver… Aquí solo dice que este programa es para primavera y otoño, pero no especifica los días. Ya le digo que…
—Está bien —dice Roger levantándose—. Te agradezco tu tiempo. ¿Podrías darme ese teléfono del ayuntamiento?

Roger sale a la calle desesperado. Saca el teléfono y marca el número que le ha facilitado María.
—Cultura, ¿digui? —contesta una chica al otro lado de la línea.
—Disculpe, me gustaría saber cuándo es el viaje cultural por Andalucía que organizan ustedes en colaboración con el IMSERSO.
—Me parece que ya se hizo. Un momento que me aseguro y le confirmo.
Roger escucha voces lejanas. Al cabo de unos veinte interminables segundos, la funcionaria vuelve.
—El viaje a Andalucía se hizo en mayo, señor. ¿Alguna cosa más?
—No, gracias.
El hijo de Marcel cuelga, respira hondo y piensa. Ya sabe cuál será su próximo destino.

Roger entra en la Jefatura Superior de Policía de Cataluña. Ha tenido que dar un pequeño paseo a través de la Gran Vía de les Corts y Vía Layetana. Como abogado, es conocedor de lo importante que son las primeras horas en la desaparición de una persona. Cuanto antes se busque, es más fácil que pueda estar cerca del lugar de la desaparición y obtener pruebas y testimonios.
—Hola, vengo a denunciar una desaparición.
—Acompáñeme, por favor.
Uno de los agentes que se encuentran en la entrada lo lleva por un pasillo y se detiene en la segunda puerta de la derecha. La golpea suavemente con los nudillos y abre.
—Puede pasar.
Un oficial de unos sesenta años está trabajando en su mesa. Es delgado y tiene el pelo blanco.
—Siéntese —dice sin levantar la cabeza.
Transcurren un par de minutos hasta que el policía se quita las gafas y levanta la mirada.
—Usted dirá.
—Quiero tramitar una denuncia de desaparición.
—Me enseña su documentación, por favor.
Roger extrae el DNI de su cartera y lo deja en la mesa. El agente vuelve a colocarse las gafas.
—Usted vive en Gerona, señor… Badía.
—Sí. Mi padre es el que vive aquí. Ha desaparecido. No sabemos nada de él desde anoche. Es fundamental que se actúe lo antes posible. Soy abogado y sé cómo funciona esto.
El oficial lo mira fijamente.
—No, caballero. Usted no sabe cómo funcionan las cosas en este sentido. Si lo supiera, no habría dicho eso. La Policía sabe perfectamente lo que tiene que hacer. No venga aquí a dar lecciones porque saldrá trasquilado. Dígame, se trata de una desaparición voluntaria, involuntaria o forzosa.
—Creo que esa pregunta no…
—Mire, si no me va a dejar trabajar, será mejor que salga de aquí.
—Disculpe, yo…
—Sepa usted, señor… —vuelve a mirar el carnet— Badía, que el Ministerio del Interior ya estableció en 2019 una nueva clasificación de las personas desaparecidas ateniéndose a los supuestos que le acabo de formular.
—Ha sido una desaparición voluntaria.
—Bien, vamos avanzando. Cuénteme todo lo que sepa.
Roger procede a relatar, paso a paso, todo lo ocurrido desde la llamada que le hizo la cuidadora de su madre a primera hora de la mañana.
—¿Puedo ver esa carta?
—Es personal —responde Roger contrariado.
El policía vuelve a sostenerle fijamente la mirada.
—Cualquier dato, por pequeño que sea o tenga la connotación que tenga, puede ser muy importante para resolver el caso. Usted verá.
Roger saca la hoja doblada del bolsillo derecho de su chaqueta y se la entrega. El oficial la escanea y la guarda en su ordenador junto al testimonio de la denuncia.
—¿Tiene usted ahí una fotografía actual de su padre?
Roger asiente y busca en su teléfono. Después se la enseña.
—Envíemela a este email. Y luego hágame una descripción física total.
Roger accede a la petición. El agente toma nota de todo durante unos minutos.
—¿Lo encontrarán?
El policía se levanta y mueve el cuello a izquierda y derecha.
—Señor Badía, eso no se lo puedo asegurar, pero quiero que sepa que se han resuelto satisfactoriamente el 93% de las denuncias por desapariciones que se han presentado en España en los últimos diez años. Más de la mitad se resuelven en los tres primeros días. Lógicamente, a medida que va transcurriendo el tiempo, las posibilidades bajan mucho.
—Por eso le pedía antes actuar con prontitud.
—Todo lleva su proceso. Entiendo cómo se siente. Pero hay que pensar. —El oficial se apoya en el extremo de la mesa—. Su padre tenía todo muy bien calculado. Nos encontramos ante un adulto libre y en su sano juicio que ha tomado la decisión de marcharse. Todo indica que ya no se encuentra en la ciudad.
—¿Qué piensa hacer?
—Lo primero, encontrarle.
—¿Y cómo?
—Hay que investigar en el aeropuerto y en las estaciones de bus y ferrocarril. No se preocupe, pronto conoceremos cuál ha sido su destino.


Continuará.

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